Una de las mayores sorpresas que depara la ciudad italiana de Padua es la Capilla de los Scrovegni. A esta construcción, financiada por Enrico Scrovegni en 1303, se la considera una de las grandes joyas de la historia del arte por sus pinturas al fresco y muchos la definen como la primera Capilla Sixtina del país, casi doscientos años más antigua que la que creó Miguel Angel en El Vaticano.
Su autor, el maestro toscano Giotto, realizó esta obra cumbre con diversos temas bíblicos en los que queda patente su estilo único que revolucionó el lenguaje de la pintura occidental: los colores y la luz, la poesía y el patetismo, el hombre y Dios, la humanidad y la