León es sinónimo de historia en cada uno de sus rincones. La única legión romana en Hispania, hasta el siglo V, fue la Legión VII, asentada en la confluencia de los ríos Torío y Bernesga de León. En el siglo X, el rey Ordoño II convirtió a la ciudad en la capital del reino de León. Tuvo la suerte de contar con algunos de los reyes más poderosos de la Europa occidental, entre los que se encuentra Alfonso IX, quién convocó las primeras cortes de la historia en las que el pueblo tuvo representantes elegidos libremente. Por este motivo,
León
ha sido declarada como “cuna del parlamentarismo”.
Pero León, además de historia, gastronomía y tradiciones, es patrimonio natural. Cuenta con siete reservas de la biosfera, la mayor concentración del mundo, lo que convierte a la provincia en el lugar ideal para disfrutar del senderismo y la naturaleza. Si tienes intención de visitar la provincia de León, toma nota de los siguientes lugares, porque harán que te enamores de esta región.
El Valle del Silencio, la paz y la armonía de la naturaleza
Si hay un lugar que rebose paz y sosiego es el Valle del Silencio, ubicado a los pies de los montes Aquiana y Teleno, en la región del Bierzo . Es un lugar que en su día fue refugio de eremitas y santos, donde conviven antiguos monasterios con tempos mozárabes y unos misteriosos petroglifos. Desde el siglo VII y hasta la invasión musulmana, no se conoce el motivo, pero estos montes de León se convirtieron en el refugio de ermitaños que llegaban en masa, llegando a preocupar a reyes como Ramiro II. Algunos historiadores hablan de que, solo en el Bierzo, puede haber casi 40 monasterios, cuevas, refugios o ermitas. Este refugio de ermitaños llego a conocerse como la Tebaida Berciana.
La puerta del Valle del Silencio es Peñalba de Santiago, un pueblo situado a escasos 20 kilómetros de Ponferrada que destaca por su iglesia mozárabe, sus estrechas calles y sus casas de piedra con techos de pizarra. Su nombre procede de San Genadio, un eremita nombrado obispo de Astorga, que estando de retiro en una cueva sintió que el murmullo del arroyo le distraía en su meditación. Dice la leyenda que con su oración logró cambiar el transcurso del agua, y así el arroyo que desciende por el valle pasó a conocerse como arroyo del Silencio. Esta cueva, que puede visitarse hoy en día, es el lugar desde el que tendrás las mejores vistas del Valle del Silencio y de Peñalba de Santiago, uno de los pueblos más bonitos de España que ha sido declarado bien de interés cultural.