Durante siglos, Valladolid fue la frontera entre la Hispania cristiana y el Al-Ándalus musulmán, y aquí tuvieron lugar las más cruentas batallas de la Reconquista, tiempo en la que proliferó la construcción de castillos- fortaleza que sirvieron como línea de defensiva para proteger el territorio conquistado. La mayoría fueron levantados durante los siglos XIV y XV, por parte de la pequeña nobleza castellana que buscaba cierto prestigio. Sólidos, austeros, de grandes muros y torreones almenados, donde destaca la torre del Homenaje, unas construcciones imponentes que nos dan una idea de la importancia que tuvo esta tierra durante la edad media.
Todas parten del conocido como el ‘castillo de los castillos’, la fortaleza de Fuensaldaña, y la primera ruta pasa por ‘viñedos y castillos encantados’. El camino lleva por las fortalezas que unen las localidades de Fuensaldaña, Trigueros del Valle, Villalba de los Alcores y Montealegre, en los montes Torozos, en la comarca natural de Tierra de Campos.
Así que empecemos un camino no muy largo, de unos 54 km, desde el rehabilitado castillo de Fuensaldaña, una magnífica fortaleza construida en el siglo XV como residencia señorial de Alonso Pérez de Vivero, contador mayor del rey Juan II. Pero antes de verlo terminado murió asesinado por conjurar contra Álvaro de Luna. Como curiosidad, aquí pasaron la luna de miel los Reyes Católicos
en el año 1469, después de casarse en secreto.
Se trata de un edificio de planta cuadrada y en sus ángulos se ubican tres cubos cilíndricos; y adosada al muro norte, la torre del homenaje de 34 m de altura, que consta de tres pisos interiores y a ella se accedía por un puente levadizo. Actualmente se ha rehabilitado y reconvertido en Centro de Interpretación de los Castillos. En su interior encontraremos maquetas, armaduras, explicaciones sobre el medievo… incluso podremos utilizar unas gafas de realidad virtual.
La siguiente parada nos lleva al castillo de Trigueros del Valle. En este pequeño pueblo puede verse, casi desde cualquier lugar, esta enorme fortificación, aunque la ermita ocupa la parte más alta del pueblo. Fue reconstruido en el siglo XV por Don Gutierre de Robles y María de Guevara, señores de Valdetrigueros, aunque su origen es anterior. Desde aquí los señores podían controlar todas sus posesiones, hasta que en la Guerra de las Comunidades, en 1521, el pueblo tomó la fortaleza, acontecimiento que se celebra el 25 de julio con la fiesta histórica del asalto al castillo.
De planta rectangular, consta de dos recintos fortificados, el primero constituido por una muralla flanqueada por cuatro torreones circulares, y en el segundo recinto se encuentra la torre del Homenaje. Hay estancias alrededor del patio central con aljibe y tres estancias subterráneas abovedadas para caballerizas y almacenes. Actualmente, después de muchos años en el olvido, se ha convertido en un castillo encantado, pasear entre sus murallas significa ver innumerables seres fantásticos y mitológicos, acertijos, dragones y hasta un laboratorio con terribles experimentos.